28 septiembre 2015

Los kioskos de Barbate

Están por todas partes, en cada esquina, tienen vida a todas horas.
A curiosas horas. Sin un orden aparente. 
Abren y cierran.
Está abiertos por la noche, muy de noche. Cerrados por la mañana.
Son pequeños, están repletos de productos.
Productos de los buenos, de los típicos de kiosko de toda vida, de los de dame uno de estos, y otro de estos y ¿cuánto llevo?
Además tienen tabaco, hielo, bebidas, bolsas, muchas bolsas, gominolas, ositos, chicles, tienen de todo. Tienen vida.


Los kioskos de Barbate son especiales.
Mi amigo Frdoi y yo creemos que son torres de vigilancia. 
Decir que son tapaderas sería burdo y alejado del entorno de misterio y encanto que rodea a Barbate.
Los kioskos de Barbate están rodeados de motos, de chavales, de vida. 
Van niños, van señoras, van los pocos turistas alojados en el pueblo. 


Siempre hay una buena respuesta del señor de dentro. 
Lo mismo de guía para playas que para bares.

Lo mismo te recomiendan un restaurante que te lleves dos de pipas que una será poco.
A la playa de Barbate no tuvimos ocasión de ir, pero nos quedamos con las calles, nos quedamos con los kioskos de Barbate.

No hay comentarios: